He encendido las lámparas.
Mi oscuridad tiene palabras que tiemblan en el aire.
Es impreciso el cielo al atardecer.
Vislumbro el rojo intenso del último rayo
pero presiento la caída en picado de un surco de noche.
Podría salir y gritar al viento
todos los nombres de las cosas perdidas
y dejar en la sombra las raíces de lo que duele.
Sin embargo contemplo este instante de mortalidad,
un saber que no soy nada
ante lo inmenso de la noche que vuelve.
f.
♥
ResponderEliminar