Sujeto en mis dedos este dolor frío.
Angosta el quehacer de las sílabas, el resuello de la noche.
No hay poemas entre las lágrimas.
Siento el quebrado corte del diamante sobre el cristal de mi cuerpo,
es un tajo profundo, cercano al lugar donde la guardo...
la isla donde al amanecer un solo pájaro la nombra.
f.
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